COLUMNA HORAS EXTRAS
Por Daniel Lee
En el Estado de México, el Sindicato de Trabajadores del Sistema Nacional de Salud que comanda Antonio Monroy Gutiérrez, viene orquestando toda una campaña negra; lo hace desde los medios informativos, también amenazando a los trabajadores si estos no participan en sus movilizaciones y protestas. Su intención: crear inestabilidad para seguir cometiendo irregularidades.
Trabajadores de la salud, bajo el anonimato por miedo a represalias y a perder su empleo, revelan lo que para todos es un hecho: la venta de plazas y el nepotismo que impunemente opera el lider de la gremial.
Desde hace varias semanas ha sido el centro de atención debido a sus acciones que van en contra de la estabilidad laboral y la armonía institucional. Al interior del sindicato existe temor de que sus contratos ya no sean renovados. Es un hecho: El Sindicato intimida con no renovarlos.
Quizá usted no lo sepa pero en México existen 3 mil 347 agrupaciones sindicales con registro y/o toma de nota ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), y en común, entre sus funciones está el velar por las condiciones mínimas de los trabajadores en materia laboral, sanitaria y social, así como también recoger la voluntad de sus afiliados y proporcionales un espacio para el debate y el acuerdo.
La notoriedad de los sindicatos, al menos de algunos muy conocidos se hace presente cuando negocian sus contratos colectivos de trabajo, o bien buscan mejoras en las revisiones salariales. Sin embargo para muchos algo es muy real, el sindicalismo mexicano no se distingue por su transparencia; hay opacidad, manejos turbios, y la constante siempre es que con toda incrustan a familiares y aviadores.
El sindicato de Salud no escapa a ello, pero ahora imprime presión y hace de todo para desacreditar a la titular de la Secretaría, Macarena Montova Olvera. Recurre a las amenazas, quiere todo el poder y el control de lo qe viene.. las plazas de IMSS Bienestar.
Su bandera exigir la basificación del personal contratado, con justicia y equidad («primero en tiempo, primero en derecho»), incluyendo a los trabajadores temporales. Pero su activismo sinrazon es meter presión con movilizaciones en Toluca que, a propósito, son muy pobres en lo que hace a sus covocatorias.
A las trabajadoras y trabajadores se les notificó que de no participar en las movilizaciones, su contrato ya no sería renovado. Así de oscuro el actuar de Antonio Monroy Gutiérrez, como secretario general del Sindicato, quien presuntamente ha cometido varias irregularidades, como la venta de plazas y que el “Bono Covid” otorgado a los trabajadores de la salud que trabajaron ininteIrrumpidamente en el contexto de la pandemia sólo se haya entregado a algunos.
Trabajadores de la Coordinación Zinacantepec Jurisdicción Toluca del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) denuncian que las plazas de enfermería del área médica presuntamente son otorgadas a conveniencia del Sindicato.
Esta no es la primera ocasión que se denuncian posibles actos de corrupción al interior del sistema de salud mexiquense, pues en anteriores administraciones se ha acusado a autoridades de centros de salud y clínicas la asignación de plazas a discrecionalidad.
El cierre de calles, las acciones desestabilizadoras y las demandas sindicales sin fundamentos claros, son señales preocupantes de discordia que deben ser abordadas con prontitud y determinación.
La exigencia de licencias sindicales y la reincorporación de trabajadores despedidos por motivos de afiliación sindical, sin un respaldo claro de representatividad sindical reconocida por las autoridades pertinentes, plantea serias dudas sobre la legitimidad de este sindicato.