*Misteriosa mujer lo visitaba; desde los cielos había comunicación; surtía de polvo a su equipo y otros televisos; fue una de las primeras ejecuciones más violentas en el entonces Distrito Federal
Tuvo que pasar un cuarto de siglo para que el silencio se rompiera; la vida de Paco Stanley era muy abierta con sus amigos y los miembros de su equipo, 25 años han pasado desde aquel mediodía en el Periférico Sur, cuando de la forma más violenta fue asesinado una de las figuras más populares del momento en la televisión mexicana.
La vida le había favorecido, ganaba mucho dinero, por su salario, por los comerciales que él mismo decía a lo largo de sus programas y por una serie de negocios que su productora generaba como una empresa particular al margen de su empleo primero e Televisa y después en Televisión Azteca.
Fueron sus colaboradores más cercanos, quienes abrieron la Caja de Pandora, en la bioserie aun en vida, Benito Castro dejo ver una serie de temas que tenían que ver con la forma en que estableció su relación de trabajo con su equipo, que e fue deteriorando en la medida en que pasaban tiempo juntos.
En recientes fechas y con motivo de este XXV aniversario del artero crimen, Pepe Cabello, amigo, compañero y productor de Paco, despepitó muchas de las cosas que se rumoraban y que finalmente él confirmó.
Sí se veía con una mujer muy guapa, bien vestida, que lo visitaba y que no podía ocultar su riqueza, era evidente que esa mujer tenia mucho dinero; cada vez que ella llegaba “nosotros teníamos que salir de la oficina. Todos salíamos y nos íbamos a otro lado para no molestar y para que se guardara toda la discreción posible”. De ella nunca supimos su nombre ni su origen, asegura Cabello.
En las reuniones de trabajo, regularmente había drogas, Cabello lo dijo abiertamente, sí había sustancias e “incluso él y yo ya teníamos una adicción importante”, debido a que ambos se fueron clavando cada vez más y, si bien ofrecía a todos la droga, había quienes ponían límites.
El productor no lo dijo abiertamente; sin embargo, dejó entender que presionaba al equipo de trabajo para que consumieran de las sustancias que él mismo llevaba siempre y que distribuía a otros trabajadores de Televisa, quienes se sabía, también que consumían.
El productor, quien asegura que trató de alejarse, después de 12 años de haber estado trabajando en la producción de los programas de Paco, reconoció abiertamente que Amado Carrillo, “El Señor de los Cielos” líder del Cartel del Golfo, era otra de las personas con las que Paco se veía periódicamente, quien lo visitaba n sus oficinas y también se veía con él en otras partes.
Aquel mediodía del 7 de junio de 1999 la noticia que dio a conocer Eduardo Salazar, reportero del helicóptero de Televisa, conmocionó al país entero, él hablaba y presentó imágenes prácticamente en tiempo real de lo que sucedía en la banqueta de El Charco de las Ranas, la camioneta Lincoln, último modelo en la que siempre permaneció el cuerpo de Stanley y las primeras hipótesis del caso.
Se decía que era un intento de secuestro, que no se sabia quién era, pero por el modelo y tipo de camioneta debía ser alguien muy importante, pero cuando se supo de quién se trataba, la ciudad prácticamente se paralizó.
En TV Azteca se interrumpió la transmisión de su programación habitual para dar paso a un mensaje duro, de reclamo, de tristeza y de exigencia para que se esclareciera el crimen, el dueño de la televisora salió a cuadro para reprochar al gobierno los altos niveles de inseguridad que se vivían ya, desde aquellas épocas en el país y ahora había tocado a un gran personaje y en la capital.
Muchas incógnitas surgieron desde ese momento, la forma en que se perpetró el asesinato, la violencia extrema con que se ejecutó, eran parte de un mensaje que solamente el crimen organizado se podía atrever a lanzar.
Por todo ello, la camioneta fue retirada del lugar de los hechos, aún con el cuerpo de la estrella de televisión a bordo y comenzaron a surgir las dudas en torno a la posible responsabilidad de quienes formaban pare de su círculo rojo, entre ellos Mario Bezares y hasta Paola Durante, quienes estuvieron presos.
De Mario Bezares se dijo que podría ser una venganza, debido a que había sospechas de que Bernda, la esposa de Mario, había sido amante de Paco y que habrían engendrado a un niño que supuestamente tenía los ojos idénticos a los de Paco, pero después se dijo que hubo exámenes de ADN, con los que se descartó cualquier sospecha de esa naturaleza.
El asesinato de Paco Stanley fue un acontecimiento que enlutó a muchos mexicanos, quienes exigían que se esclareciera y se llegara hasta las últimas consecuencias para dar con los responsables y castigara no solamente al autor materia, sino también al autor intelectual del crimen.
Fin de la nota.