iento por los “lugares sagrados” se realizan con mucha atención y estrictas medidas sanitarias debido a las elevadas temperaturas que rozan los 50 grados centígrados.
El Ministerio de Sanidad saudí informó hasta el mediodía de al menos “81 casos” de insolación y estrés por el calor, si bien aseguró que no se han registrado enfermedades infecciosas ni casos epidémicos.
Medidas Sanitarias
No cesan las recomendaciones de la necesidad de “tomar suficientes líquidos y evitar el sol directo” o “utilizar sombrillas y mascarillas”, en tanto abundan en todo el valle de Arafat ventiladores de aire que rocían agua nebulizada.
Las autoridades asignaron a 35.000 especialistas en sanidad para atender a los peregrinos, mientras emplean cámaras de monitoreo y reconocimiento facial, helicópteros y drones, unidades de ambulancia y laboratorios, así como hospitales móviles para hacer frente a casos de emergencia.
Rituales
Con la puesta del sol los peregrinos empiezan a dirigirse a la zona de Muzdalifa, a unos 8 kilómetros del monte, para pasar la noche y prepararse para que mañana, domingo, celebren la jornada del “Eid al Adha” o fiesta del sacrificio.
Esa es la principal fiesta para los más de 1.300 millones de musulmanes del mundo, en la que los fieles con recursos, así como los peregrinos, sacrifican corderos en recuerdo del sacrificio de Abraham.
El día siguiente los peregrinos vuelven a la zona de Mina, a unos 6 kilómetros, donde recogen piedras para luego lapidar tres columnas que representan al diablo.
Ese ritual se realizará a partir del próximo lunes y durará como mínimo dos días para culminar la peregrinación, obligatoria al menos una vez en la vida para cada musulmán cuya salud y recursos económicos se lo permitan.
El ‘hach’ empieza el octavo día del mes de “Zul Hija”, el duodécimo en el calendario lunar, que este año coincidió con el 14 de junio.
Lo primero que los fieles hacen a su llegada es dar siete vueltas de bienvenida alrededor de la “Kaba”, el edificio cúbico ubicado en el centro de la Gran Mezquita de La Meca, cubierto de tela negra decorada con versos del libro sagrado musulmán, el Corán, y escritos con hilo dorado que, según Riad, cuesta unos 5,9 millones de dólares.
Hacia ese edificio, que los mohametanos denominan “casa de Dios” y que creen que fue construido por Abraham, los musulmanes de todo el mundo dirigen sus oraciones cinco veces al día.
La Mezquita del profeta, en la ciudad de Medina, a unos 400 kilómetros de La Meca y donde Mahoma está enterrado, es otro lugar que los peregrinos visitan durante su estancia en el territorio saudí.
Según las autoridades, el rico reino árabe recibió durante 2023 alrededor de 13 millones de fieles.