La diputada Olga Lucía Romero Garci-Crespo, quien antes se llamaba simplemente Mónica Caballero, tiene sólo una prueba importante que sostiene con alfileres su demanda en el juicio por la herencia de Socorro Romero Sánchez.
Ahora la política está sintiendo “pasos en la azotea” como se dice vulgarmente. Porque se tambalea la verosimilitud de su prueba. Parece que no sólo es falsa, sino que se anotó un autogol entre ella y sus cómplices.
En el sonadísimo caso de la lucha por la pelea intestamentaria de Socorrito Romero Sánchez en el cual la diputada local Olga Lucía Romero Garci-Crespo ilegalmente se autonombra albacea temporal del testamento al que, a decir de ella, tiene derecho por ser sobrina de la fallecida Socorrito Romero.
Después del fracaso del primer juicio “intestamentario”, promovido por la diputada Romero Garci-Crespo y su equipo de abogados y también funcionarios del Gobierno de Puebla. La segunda arremetida fue el juicio de nulidad de testamento en 2016 para intentar invalidar el testamento ya otorgado de Socorrito Romero Sánchez.
La prueba reina de la diputada es una carta del médico Guillermo Ulises González Hernández, quien fue médico eventual de la Srita., un par de días antes de la muerte de Socorrito. La dudosa carta fue presentada en el juzgado un día después de que fue redactada. Por ello se presume que esa prueba fue montada a conveniencia para que el juez nombrara a Garci-Crespo como albacea temporal.
La carta del médico argumenta que Socorrito tenía un estado de enajenación mental. Por ello, sostiene la carta, la Srita., no se encontraba en óptimo estado para dictar un testamento. Pese a que el testamento fue dictado en la notaría número 3 de Tehuacán, Puebla.
Patadas de ahogado son todas estas acciones de la diputada. Se resiste a morir y aceptar la última voluntad de Socorrito. ¿Hasta cuándo seguirá pasando por encima de la ley, amparada en la protección del gobierno y de la bandera de su partido?